domingo, 12 de junio de 2011

Análisis de una obra contemporánea de Autor Ecuatoriano.









Milton Barragán, reconocido escultor-arquitecto ecuatoriano nació en Chimborazo en 1934. En 1958 se gradúa de arquitecto en la Universidad Central del Ecuador. En 1961 viaja a Italia y Roma para ampliar sus estudios de Arquitectura.
Se inició con obras en la arquitectura y la planificación desde el año 1958 y desde 1968 trabaja en la escultura.

Milton Barragán

Su obra es de inefable característica contemporánea. Con un estilo singular, las mismas que se alejan de los  cánones académicos. Consiste en la fusión de técnicas cuyo resultado son esculturas modernistas. En los  trabajos que  Milton Barragán elaboró en 1966 y 1988 utiliza desechos de metal con ellos explora el ensamblaje  con lo que alcanza un lenguaje austero y simplificado.   
Barragán hace uso de conceptos semánticos lo que da origen a una producción figurativa y abstracta. Las imágenes se circunscriben dentro de un espacio temporal en la que el significante conduce al espectador a participar de manera morfemática; en ellas no existe simulacros y su  estructura  fonemática es depurada.
La hermenéutica juega un papel trascendental en sus representaciones, pero sus figuras   son el signo de la psicología humana, nos comunica sobre la inefable realidad del ser;   distan mucho de ser míticas. También realiza un estudio topológico  para destacar la abstracción constructivista en la que utiliza elementos lineales y geométricos,   en los cuales pone  énfasis.
Su obra produce sinestesia lo cual hace que  al contemplar evoquemos situaciones  antológicas; además la obra posee asonancia no sólo en el contenido sino también en la utilización de materiales  que se homologan en el proceso de construcción. Su valor estético radica en la buena distribución espacial y  buen criterio en la selección de sus materiales.
La figura humana aparece en grupo, ellas manifiestan su propia deixis. Su escultura manifiesta técnica y estilo muy personal con un significado cargado de fuerza expresiva,  en la que podemos advertir la subjetividad. Sus esculturas  lineales carecen de estaticidad siendo más bien dinámicas y en algunos casos podríamos decir que son etéreas y sensuales.
El etilema  de su obra  nos lleva  a deducir  su influencia (expresionista abstracta).  Dan clara muestra de un estudio  epistémico.
El lenguaje ideolecto y sociolecto interpretados  y plasmados en volumen son  lógicos  en sus composiciones creativas. En ocasiones parecerían ser ininteligibles por la abstracción y trazos esquemáticos. Su lectura no es encriptada más bien  es diáfana.
Y así la obra de Barragán   es un lexema  que nos transmite la esencia del ser humano y la relación con su entorno. El espectador al contemplar su obra   cae en un estado de afasia  para buscar  un contenido consistente. 

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